“Todas mis películas se pueden pensar en blanco y negro excepto “gritos y susurros”. La primera imagen siempre volvía: la habitación roja y las mujeres vestidas de blanco. Cuatro mujeres vestidas de blanco en una habitación roja, se movían y se hablaban al oído, y eran extremadamente misteriosas… El color rojo es el color del alma humana”.
Ingmar Bergman.
Ojeando las noticias , hay a veces sucesos que se han prendido en mi memoria y que recreo en esta serie de fotografías. Todos suponen algún tipo de violencia contra la mujer sicológica o física y que condicionan su capacidad de vivir con plenitud.
Pinceladas de rojo se desprenden de todas ellas: rojo de la violencia, rojo de la menstruación, el rojo de la herida, y también; el rojo de la acción y el enfado, que suscitan todas esos sucesos que se repiten en todo el mundo.
Mariposas cargadas de cadenas como decía Santa Teresa; de ahí, la primera imagen de inicio de la serie que es una metáfora de esta expresión. Prisioneras en una jaula invisible que te hiere y te corta las alas para volar.
En definitiva, la idea central de este proyecto es realizar retratos escenificados, que reflejan la problemática de la mujer en el mundo.